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Purificación de Israel

13 »En aquel día habrá una fuente abierta(A) para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado(B) y la impureza(C).

»Y sucederá en aquel día», declara el Señor de los ejércitos, «que eliminaré de la tierra los nombres de los ídolos(D), y nunca más serán recordados(E); también Yo quitaré de la tierra a los profetas y al espíritu inmundo(F). Y sucederá que si alguien profetiza todavía(G), su padre y su madre que lo engendraron le dirán: “No vivirás porque has hablado falsamente(H) en el nombre del Señor(I)”; y su padre y su madre que lo engendraron lo traspasarán mientras profetiza(J).

»También sucederá aquel día que los profetas se avergonzarán cada uno de su visión cuando profetice(K), y no se vestirán con el manto de piel para engañar(L), sino que cada uno dirá: “No soy profeta, soy labrador de la tierra(M), porque un hombre me vendió como esclavo en mi juventud”.

»Y alguien le dirá: “¿Qué son esas heridas(N) en tu cuerpo?”. Y él responderá: “Son aquellas con que fui herido en casa de mis amigos”.

»Despierta, espada, contra Mi pastor(O),
Y contra el hombre compañero Mío(P)»,
Declara el Señor de los ejércitos(Q).
«Hiere al Pastor y se dispersarán las ovejas(R),
Y volveré Mi mano contra los pequeños(S).
Y sucederá en toda la tierra»,
declara el Señor,
«Que dos partes serán cortadas en ella, y perecerán;
Pero la tercera quedará en ella(T).
Y meteré la tercera parte en el fuego,
Los refinaré como se refina la plata,
Y los probaré como se prueba el oro(U).
Invocarán Mi nombre(V),
Y Yo les responderé(W);
Diré: “Ellos son Mi pueblo(X)”,
Y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”».

Limpieza del pecado

13 »En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.

»En aquel día arrancaré del país los nombres de los ídolos y nunca más volverán a ser recordados», afirma el Señor de los Ejércitos. «También eliminaré del país a los profetas y el espíritu de impureza. Y si hubiera todavía alguno que quisiera profetizar, su padre y su madre, que lo engendraron, le dirán: “Has mentido en el nombre del Señor. Por tanto, debes morir”. Y sus propios padres traspasarán al que profetiza.

»En aquel día los profetas se avergonzarán de sus visiones proféticas. Ya no engañarán a nadie vistiéndose con mantos de piel, sino que cada cual dirá: “Yo no soy profeta, sino agricultor. Desde mi juventud, la tierra ha sido mi ocupación”.[a] Y si alguien pregunta: “¿Por qué tienes esas heridas en las manos?”, él responderá: “Son las heridas que me hicieron en casa de mis amigos”.

El pastor herido, las ovejas dispersas

»¡Despierta, espada, contra mi pastor,
    contra mi compañero!»,
    afirma el Señor de los Ejércitos.
«Hiere al pastor
    para que se dispersen las ovejas
    y vuelva yo mi mano contra los pequeños.
Y en todo el país», afirma el Señor,
«las dos terceras partes
    serán abatidas y perecerán;
solo una tercera parte quedará con vida.
Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego;
    la refinaré como se refina la plata,
    la probaré como se prueba el oro.
Entonces ellos me invocarán
    y yo responderé.
Yo diré: “Ellos son mi pueblo”.
    Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.

Footnotes

  1. 13:5 Desde … ocupación. Alt. Un hombre me vendió en mi juventud.