«Voz de uno que grita en el desierto:
“Preparen el camino para el Señor,
    háganle sendas derechas”».[a]

Así se presentó Juan, bautizando en el desierto y predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén acudía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán. La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y comía langostas y miel silvestre. Predicaba de esta manera: «Después de mí viene uno más poderoso que yo; ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con[b] agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».

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Footnotes

  1. 1:3 Is 40:3.
  2. 1:8 con. Alt. en.

el sumo sacerdocio lo ejercían Anás y Caifás. En aquel entonces, la palabra de Dios llegó a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Así está escrito en el libro del profeta Isaías:

«Voz de uno que grita en el desierto:
“Preparen el camino para el Señor,
    háganle sendas derechas.
Se levantarán todos los valles
    y se allanarán todas las montañas y colinas.
Los caminos torcidos se enderezarán
    y las sendas escabrosas queden llanas.
Y toda humanidad verá la salvación de Dios”».[a]

Muchos acudían a Juan para que los bautizara.

—¡Camada de víboras! —dijo—. ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca? Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. Es más, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

10 —¿Entonces qué debemos hacer? —preguntaba la gente.

11 —El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.

12 Llegaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara.

—Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —preguntaron.

13 —No cobren más de lo debido —respondió.

14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —preguntaron unos soldados.

Y les dijo:

—No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan.

15 La gente estaba a la expectativa y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo.

16 —Yo los bautizo a ustedes con[b] agua —respondió Juan a todos—. Pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Tiene el aventador en la mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. La paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.

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Footnotes

  1. 3:6 Is 40:3-5.
  2. 3:16 con. Alt. en.

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