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El día del juicio

«Yo envío a Mi mensajero[a], y él preparará el camino delante de Mí(A). Y vendrá de repente a Su templo el Señor a quien ustedes buscan(B); el mensajero(C) del pacto en quien ustedes se complacen(D), ya viene», dice el Señor de los ejércitos. «¿Pero quién podrá soportar el día de Su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando Él aparezca(E)? Porque Él es como fuego(F) de fundidor y como jabón de lavanderos. Y Él se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará(G) a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia al Señor(H). Entonces será grata al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén(I), como en los días de antaño y como en los años pasados(J). Me acercaré a ustedes para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechiceros(K), contra los adúlteros(L), contra los que juran en falso(M) y contra los que oprimen al jornalero en su salario(N), a la viuda y al huérfano(O), contra los que niegan el derecho del extranjero y los que no me temen», dice el Señor de los ejércitos. «Porque Yo, el Señor, no cambio; por eso ustedes, oh hijos de Jacob, no han sido consumidos(P).

El pago de los diezmos

»Desde los días de sus padres se han apartado de Mis estatutos y no los han guardado(Q). Vuelvan a Mí y Yo volveré a ustedes», dice el Señor de los ejércitos(R). «Pero dicen: “¿Cómo hemos de volver?”.

Fidelidad de las ofrendas

»¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes me están robando. Pero dicen: “¿En qué te hemos robado?”. En los diezmos y en las ofrendas(S). Con maldición están malditos(T), porque ustedes, la nación entera, me están robando. 10 Traigan todo el diezmo(U) al alfolí[b], para que haya alimento en Mi casa; y pónganme ahora a prueba en esto», dice el Señor de los ejércitos, «si no les abro las ventanas de los cielos(V), y derramo para ustedes bendición(W) hasta que sobreabunde(X). 11 Por ustedes reprenderé al devorador, para que no les destruya los frutos del suelo(Y), ni su vid en el campo sea estéril», dice el Señor de los ejércitos. 12 «Y todas las naciones los llamarán a ustedes bienaventurados(Z), porque serán una tierra de delicias(AA)», dice el Señor de los ejércitos.

El justo y el injusto

13 «Las palabras de ustedes han sido duras contra Mí», dice el Señor. «Pero dicen: “¿Qué hemos hablado contra Ti?”. 14 Ustedes han dicho: “En vano es servir a Dios(AB). ¿Qué provecho hay en que guardemos Sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del Señor(AC) de los ejércitos? 15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios(AD). No solo prosperan los que hacen el mal(AE), sino que también ponen a prueba a Dios y escapan sin ser castigados”».

16 Entonces los que temían[c] al Señor se hablaron unos a otros, y el Señor prestó atención(AF) y escuchó, y fue escrito delante de Él un libro(AG) memorial para los que temen[d] al Señor y para los que estiman Su nombre. 17 «Y ellos serán Míos», dice el Señor(AH) de los ejércitos, «el día en que Yo prepare(AI) Mi tesoro especial(AJ), y los perdonaré como un hombre perdona al hijo(AK) que le sirve». 18 Entonces volverán a distinguir entre el justo y el impío(AL), entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

Footnotes

  1. Malaquías 3:1 O ángel.
  2. Malaquías 3:10 Lit. a la casa del tesoro.
  3. Malaquías 3:16 O reverenciaban.
  4. Malaquías 3:16 O reverencian.

He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí;(A) y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?(B) Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos.

Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

El pago de los diezmos

Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí(C) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

Diferencia entre el justo y el malo

13 Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14 Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? 15 Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.

16 Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. 18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

«Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su Templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto, a quien ustedes desean» —dice el Señor de los Ejércitos.

Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque será como fuego de fundidor o jabón de lavandero. Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata. Entonces traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia, y las ofrendas de Judá y Jerusalén serán aceptables al Señor, como en tiempos antiguos, como en años pasados.

«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.

Fidelidad en las ofrendas

»Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados. Desde la época de sus antepasados se han apartado de mis estatutos y no los han guardado. Vuélvanse a mí y yo me volveré a ustedes —dice el Señor de los Ejércitos—.

»Pero ustedes preguntan: “¿En qué sentido tenemos que volvernos?”.

»¿Acaso roba el ser humano a Dios? ¡Ustedes me están robando!

»Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?”.

»En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación entera—, están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando.

10 »Traigan íntegro el diezmo a la tesorería del Templo; así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor de los Ejércitos—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé al devorador para que no arruine sus cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto —dice el Señor de los Ejércitos—. 12 Entonces todas las naciones los llamarán dichosos, porque ustedes tendrán una tierra maravillosa —dice el Señor de los Ejércitos—.

Insolencia de Judá

13 »Ustedes profieren insolencias contra mí —dice el Señor—.

»Y encima preguntan: “¿Qué hemos dicho contra ti?”.

14 »Ustedes han dicho: “Servir a Dios no vale la pena. ¿Qué ganamos con cumplir sus órdenes y vestirnos de luto delante del Señor de los Ejércitos? 15 Por eso llamamos dichosos a los soberbios, pues prosperan los que hacen lo malo e incluso cuando desafían a Dios escapan ilesos”».

16 Los que temían al Señor hablaron entre sí, entonces él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre. 17 «El día que yo actúe ellos serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor de los Ejércitos—. Tendré compasión de ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. 18 Y ustedes volverán a distinguir entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.