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La esposa habla a las hijas de Jerusalén

El cantar[a] de los cantares de Salomón(A).

LA ESPOSA:

«¡Que me bese con los besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino(B).
Tus ungüentos tienen olor agradable(C),
Tu nombre es como ungüento purificado(D);
Por eso te aman las doncellas(E).
Llévame en pos de ti(F) y corramos juntos.
El rey me ha llevado a sus cámaras».

EL CORO:

«Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti,
Exaltaremos tu amor más que el vino.
Con razón te aman(G)».

LA ESPOSA:

«Soy morena pero preciosa(H),
Oh hijas de Jerusalén(I),
Como las tiendas de Cedar(J),
Como las cortinas de Salomón.
No se fijen en que soy morena,
Porque el sol me ha quemado.
Los hijos de mi madre se enojaron conmigo(K);
Me pusieron a guardar las viñas(L),
Pero mi propia viña no guardé.
Dime, amado de mi alma(M):
¿Dónde apacientas tu rebaño(N)?
¿Dónde lo haces descansar al mediodía?
¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo(O)
Junto a los rebaños de tus compañeros(P)?».

EL CORO:

«Si tú no lo sabes,
¡Oh la más hermosa de las mujeres(Q)!,
Sal tras las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas
Junto a las cabañas de los pastores».

Diálogo entre los esposos

EL ESPOSO:

«A mi yegua, entre los carros de Faraón(R),
Yo te comparo, amada mía(S).
10 Hermosas son tus mejillas(T) entre los adornos,
Tu cuello entre los collares(U)».

EL CORO:

11 «Haremos para ti adornos de oro
Con cuentas de plata».

LA ESPOSA:

12 «Mientras el rey estaba a la mesa,
Mi perfume esparció su fragancia(V).
13 Mi amado es para mí como bolsita de mirra(W)
Que reposa toda la noche entre mis pechos.
14 Ramillete de flores de alheña(X) es mi amado para mí
En las viñas de En Gadi(Y)».

EL ESPOSO:

15 «¡Cuán hermosa eres, amada mía,
Cuán hermosa eres!
Tus ojos son como palomas(Z)».

LA ESPOSA:

16 «¡Cuán hermoso eres, amado mío(AA),
Y tan placentero!
Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor.
17 Las vigas de nuestras casas son cedros(AB),
Nuestros artesonados, cipreses(AC)».

Footnotes

  1. Cantares 1:1 O El mejor.

La esposa y las hijas de Jerusalén

Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.(A)

¡Oh, si él me besara con besos de su boca!

Porque mejores son tus amores que el vino.

A más del olor de tus suaves ungüentos,

Tu nombre es como ungüento derramado;

Por eso las doncellas te aman.

Atráeme; en pos de ti correremos.

El rey me ha metido en sus cámaras;

Nos gozaremos y alegraremos en ti;

Nos acordaremos de tus amores más que del vino;

Con razón te aman.

Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable

Como las tiendas de Cedar,

Como las cortinas de Salomón.

No reparéis en que soy morena,

Porque el sol me miró.

Los hijos de mi madre se airaron contra mí;

Me pusieron a guardar las viñas;

Y mi viña, que era mía, no guardé.

Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,

Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;

Pues ¿por qué había de estar yo como errante

Junto a los rebaños de tus compañeros?

Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,

Ve, sigue las huellas del rebaño,

Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

La esposa y el esposo

A yegua de los carros de Faraón

Te he comparado, amiga mía.

10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,

Tu cuello entre los collares.

11 Zarcillos de oro te haremos,

Tachonados de plata.

12 Mientras el rey estaba en su reclinatorio,

Mi nardo dio su olor.

13 Mi amado es para mí un manojito de mirra,

Que reposa entre mis pechos.

14 Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi

Es para mí mi amado.

15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;

He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.

16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;

Nuestro lecho es de flores.

17 Las vigas de nuestra casa son de cedro,

Y de ciprés los artesonados.