25 Cada siete días, sus parientes que vivían en las aldeas se turnaban para ayudarlos. 26 Los cuatro porteros principales estaban en servicio permanente. Eran levitas y custodiaban las salas y los tesoros del Templo de Dios. 27 Durante la noche, montaban guardia alrededor del Templo de Dios y en la mañana abrían sus puertas.

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