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El Dios del Sinaí y del santuario

Al músico principal. Salmo de David. Cántico

68 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos
y huyan de su presencia los que lo aborrecen.
Como es lanzado el humo,
los disiparás;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecerán los impíos delante de Dios.
Mas los justos se alegrarán;
se gozarán delante de Dios
y saltarán de alegría.

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