Add parallel Print Page Options

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.

131 Señor, mi corazón no es orgulloso;
    mis ojos no son altivos.
No me intereso en cuestiones demasiado grandes
    o impresionantes que no puedo asimilar.
En cambio, me he calmado y aquietado,
    como un niño destetado que ya no llora por la leche de su madre.
    Sí, tal como un niño destetado es mi alma en mi interior.

Oh Israel, pon tu esperanza en el Señor,
    ahora y siempre.

Bible Gateway Recommends