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Dios es un juez justo

SALMO 94 (93)

94 1-2 Dios mío,
tú eres el juez de la tierra;
¡hazte presente,
entra en acción,
y castiga a los culpables!
¡Dales su merecido a los orgullosos!

Dios mío,
¡basta ya de malvados,
basta ya de sus burlas!
Todos ellos son malhechores;
¡son unos habladores y orgullosos!
¡Se creen la gran cosa!
Aplastan y afligen
a tu pueblo elegido:
matan a las viudas,
asesinan a los huérfanos,
masacran a los refugiados,
y aun se atreven a decir:
«El Dios de Israel
no se da cuenta de nada».

Gente torpe,
quiero que entiendan esto;
¿cuándo van a comprenderlo?
Si Dios nos dio
la vista y el oído,
¡de seguro él puede ver y oír!
10 ¡Cómo no va a castigar
el que corrige a las naciones!
¡Como no va a saber
el que nos instruye a todos!
11 ¡Bien sabe nuestro Dios
las tonterías que se nos ocurren!

12 Mi Dios,
tú bendices a los que corriges,
a los que instruyes en tu ley,
13 para que enfrenten tranquilos
los tiempos difíciles;
en cambio, a los malvados
se les echará en la tumba.
14 Tú, mi Dios,
jamás abandonarás a tu pueblo.
15 Los jueces volverán a ser justos,
y la gente honrada los imitará.

16 Cuando los malvados me atacaron,
nadie se levantó a defenderme;
¡nadie se puso de mi parte
y en contra de los malhechores!
17 Si tú no me hubieras ayudado,
muy pronto habría perdido la vida;
18 pero te llamé
al sentir que me caía,
y tú, con mucho amor,
me sostuviste.
19 En medio de mis angustias
y grandes preocupaciones,
tú me diste consuelo y alegría.

20 Tú no puedes ser amigo
de gobernantes corruptos,
que violan la ley
y hacen planes malvados.
21 Esa clase de gobernantes
siempre está haciendo planes
contra la gente honrada,
y dicta sentencia de muerte
contra la gente inocente.
22-23 Esa gente es tan malvada
que acabarás por destruirla.

Pero tú, mi Dios,
eres mi más alto escondite;
¡eres como una roca
en la que encuentro refugio!

Oración clamando por venganza

94 Jehová, Dios de las venganzas,

Dios de las venganzas, muéstrate.

Engrandécete, oh Juez de la tierra;

Da el pago a los soberbios.

¿Hasta cuándo los impíos,

Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?

¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,

Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?

A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan,

Y a tu heredad afligen.

A la viuda y al extranjero matan,

Y a los huérfanos quitan la vida.

Y dijeron: No verá JAH,

Ni entenderá el Dios de Jacob.

Entended, necios del pueblo;

Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?

El que hizo el oído, ¿no oirá?

El que formó el ojo, ¿no verá?

10 El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?

¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?

11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres,

Que son vanidad.(A)

12 Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges,

Y en tu ley lo instruyes,

13 Para hacerle descansar en los días de aflicción,

En tanto que para el impío se cava el hoyo.

14 Porque no abandonará Jehová a su pueblo,

Ni desamparará su heredad,

15 Sino que el juicio será vuelto a la justicia,

Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.

16 ¿Quién se levantará por mí contra los malignos?

¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?

17 Si no me ayudara Jehová,

Pronto moraría mi alma en el silencio.

18 Cuando yo decía: Mi pie resbala,

Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.

19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,

Tus consolaciones alegraban mi alma.

20 ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades

Que hace agravio bajo forma de ley?

21 Se juntan contra la vida del justo,

Y condenan la sangre inocente.

22 Mas Jehová me ha sido por refugio,

Y mi Dios por roca de mi confianza.

23 Y él hará volver sobre ellos su iniquidad,

Y los destruirá en su propia maldad;

Los destruirá Jehová nuestro Dios.