Add parallel Print Page Options

El pacto de Dios con David

(1) Instrucción de Etán el ezrahíta.

89 (2) Señor, siempre diré en mi canto
que tú eres bondadoso;
constantemente contaré
que tú eres fiel.
(3) Proclamaré que tu amor es eterno;
que tu fidelidad es invariable,
invariable como el mismo cielo.
(4) Hiciste una alianza con David;
prometiste a tu siervo escogido:
(5) «Haré que tus descendientes
reinen siempre en tu lugar.»

(6) Oh Señor,
todos los seres celestiales
alaban tu fidelidad y tus maravillas.
(7) ¡Ningún dios, nadie en el cielo
puede compararse a ti, Señor!
(8) Dios grande y terrible,
rodeado de seres celestiales.

(9) Señor, Dios todopoderoso,
todo el poder es tuyo y la verdad te rodea;
¡no hay nadie igual a ti!
(10) Tú dominas el mar embravecido
y aquietas sus olas encrespadas;
10 (11) aplastaste al monstruo marino
como si fuera un cadáver;
dispersaste a tus enemigos
con la fuerza de tu brazo.
11 (12) El cielo y la tierra son tuyos;
tú formaste el mundo y todo lo que hay en él.
12 (13) Tú creaste el norte y el sur;
los montes Tabor y Hermón cantan alegres a tu nombre.
13 (14) Tu brazo es poderoso;
tu mano derecha es fuerte y victoriosa.
14 (15) Tu trono está afirmado en la justicia y el derecho;
el amor y la fidelidad salen a tu encuentro.

15 (16) Oh Señor,
feliz el pueblo que sabe alabarte con alegría
y camina alumbrado por tu luz,
16 (17) que en tu nombre se alegra todo el tiempo
y se entusiasma por tu rectitud.
17 (18) En verdad, tú eres su fuerza y hermosura;
nuestro poder aumenta por tu buena voluntad.
18 (19) ¡Nuestro escudo es el Señor!
¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!

19 (20) En otro tiempo hablaste en una visión,
y dijiste a tus siervos fieles:
«He escogido a un valiente de mi pueblo,
lo he puesto en alto y lo he ayudado.
20 (21) ¡He encontrado a mi siervo David!
Con mi aceite sagrado lo he designado rey,
21 (22) y nunca le faltará mi ayuda.
Con mi poder lo fortaleceré,
22 (23) y no lo atacarán sus enemigos
ni lo vencerán los malvados.
23 (24) Aplastaré a sus enemigos;
¡los quitaré de su vista!
¡Destrozaré a los que lo odian!
24 (25) Él contará con mi amor y fidelidad,
y por mí aumentará su poder.
25 (26) Afirmaré su poder y dominio
desde el Mediterráneo hasta el Éufrates.
26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre;
eres mi Dios, que me salva y me protege.”
27 (28) Y yo le daré los derechos de hijo mayor,
por encima de los reyes del mundo.
28 (29) Mi amor por él será constante,
y mi alianza con él será firme.
29 (30) Sus descendientes reinarán en su lugar
siempre, mientras el cielo exista.

30 (31) »Pero si ellos abandonan mi enseñanza
y no viven de acuerdo con mis mandatos,
31 (32) si faltan a mis leyes
y no obedecen mis mandamientos,
32 (33) castigaré su rebelión y maldad
con golpes de vara;
33 (34) pero no dejaré de amar a David,
ni faltaré a mi fidelidad hacia él.
34 (35) No romperé mi alianza
ni faltaré a mi palabra.
35 (36) Una vez le he jurado por mi santidad,
y no le mentiré:
36 (37) sus descendientes reinarán en su lugar,
siempre, mientras el sol exista.
37 (38) ¡Siempre firmes, como la luna!
¡Siempre firmes, mientras el cielo exista!»

38 (39) Sin embargo, has rechazado y despreciado
al rey que tú escogiste;
¡te has enojado con él!
39 (40) Has roto la alianza con tu siervo;
has arrojado al suelo su corona.
40 (41) Abriste brechas en todos sus muros;
¡convertiste en ruinas sus ciudades!
41 (42) Todo el mundo pasa y roba lo que quiere;
sus vecinos se burlan de él.
42 (43) Has hecho que sus enemigos
levanten la mano alegres y triunfantes.
43 (44) Le quitaste el filo a su espada
y no lo sostuviste en la batalla.
44 (45) Has apagado su esplendor;
has arrojado su trono por los suelos;
45 (46) le has quitado años de vida
y lo has llenado de vergüenza.

46 (47) Oh Señor,
¿hasta cuándo estarás escondido?
¿Arderá siempre tu enojo, como el fuego?
47 (48) Señor, recuerda que mi vida es corta;
que el hombre, que tú has creado, vive poco tiempo.
48 (49) ¡Nadie puede vivir y no morir nunca!
¡Nadie puede librarse del poder de la muerte!
49 (50) Señor,
¿dónde está tu amor primero,
que en tu fidelidad prometiste a David?
50 (51) Señor, recuerda que a tus siervos
los ofende mucha gente;
que llevo esos insultos en mi pecho.
51 (52) Oh Señor,
¡así nos ofenden tus enemigos!
¡Así ofenden a tu escogido a cada paso!

52 (53) Bendito sea el Señor por siempre.
¡Amén!

Dios hace un pacto con David

SALMO 89 (88)

Himno de Etán el ezraíta.

89 1-2 Dios mío,
siempre alabaré tu gran amor,
que nunca cambia;
siempre hablaré de tu fidelidad,
¡tan firme como el cielo!

Tú hiciste un pacto con David,
el rey que tú elegiste;
le prometiste bajo juramento:
«Cuando hayas muerto,
uno de tus descendientes
reinará siempre en tu lugar».

5-7 Dios mío,
los cielos te alaban
por tus grandes hechos;
todos los ángeles del cielo
hablan de tu fidelidad
y sólo a ti te honran.
Eres un Dios incomparable;
¡eres grande y maravilloso
entre los dioses!

Señor y Dios del universo,
¡no hay Dios como tú,
tan fiel y poderoso!
Tú dominas el mar embravecido,
y calmas sus olas agitadas.
10 Aplastaste al monstruo del mar,
y con tu brazo poderoso
derrotaste a tus enemigos.
11 Tuyo es el cielo,
tuya es también la tierra;
tú creaste el mundo
y todo lo que hay en él.
12 Tú creaste el norte y el sur;
los montes Tabor y Hermón
te alaban con alegría.
13 Muy grande es tu poder
para realizar grandes hazañas;
¡levantas la mano derecha
en señal de victoria!
14 Tú gobiernas con justicia y rectitud,
pero sobre todas las cosas,
nos demuestras tu constante amor.
15-16 Dios mío,
tú bendices y das honra
al pueblo que te alaba,
que acepta tu dirección
y se alegra en tu justicia.
17 De ti recibimos grandeza y poder;
por tu bondad aumentas nuestra fuerza.
18 Dios de Israel,
tú eres nuestro rey
y nos das tu protección.

19-20 Una vez hablaste con nosotros,
que somos tu pueblo fiel,
y nos dijiste:

«En mi pueblo hay un valiente;
es el mejor de todos los jóvenes.
Es David, mi servidor.
Yo le he brindado mi ayuda
y le he dado el más alto honor:
¡lo he declarado rey de Israel!
21 Con mi brazo poderoso
lo sostendré y le daré fuerzas.
22 Sus enemigos no podrán vencerlo,
ni lo dominarán los malvados.
23 Yo destruiré a sus enemigos,
y acabaré con quienes lo odian;
¡los borraré de su vista!
24 Mi amor por él
siempre será el mismo,
y yo aumentaré su poder.
25 Su dominio se extenderá
del mar Mediterráneo a la Mesopotamia.
26 Él me dirá:
“Tú eres mi Padre y me proteges;
eres mi Dios y salvador”.
27 Yo le concederé los derechos
que merece todo hijo mayor:
lo pondré por encima
de todos los reyes del mundo.
28 Mi amor por él nunca cambiará,
ni faltaré a la promesa que le hice.
29 Mientras el cielo exista,
siempre lo mantendré en el trono;
lo mismo haré con sus descendientes
que reinarán en su lugar.
30 Pero si ellos no cumplen
con mis leyes y enseñanzas,
31 sino que se burlan de ellas,
32 castigaré su maldad
y les daré su merecido.

33 »Sin embargo, mi amor por David
siempre será el mismo.
34 Jamás faltaré a mi pacto;
siempre le cumpliré mis promesas.

35 »A David le hice una promesa,
y juro por mí mismo que la cumpliré.
36-37 Siempre reinará en su lugar
uno de sus descendientes.
Mientras el sol y la luna existan,
su reinado permanecerá».

38-39 Pero te has enojado con David,
el rey que tú mismo elegiste;
has arrojado al suelo su corona,
has roto tu pacto con él
y lo has abandonado.
40 Has derribado y dejado en ruinas
las murallas que protegen a Jerusalén.
41 Todos los que pasan, algo se llevan;
¡somos la burla de nuestros vecinos!
42 Los enemigos de David están felices
porque ahora tienen más poder,
43 pues dejaste sin filo su espada
y no lo apoyaste en la batalla;
44 pusiste fin a su esplendor,
y arrojaste al suelo su corona;
45 le quitaste años de vida
y lo cubriste de vergüenza.

46 Dios mío,
¿vas a estar siempre escondido?
¿Vas a estar siempre enojado?
47-48 ¿En qué estabas pensando
cuando creaste al ser humano?
Nos has dado una vida muy corta,
y de la muerte nadie se libra.
49 ¿Qué pasó con ese amor
que al principio le juraste a David?
¡Tú dijiste que nunca cambiarías!
50 Dios mío,
¡todos se burlan de nosotros!
¡Tenemos que aguantar
las ofensas de mucha gente!
51 Tus enemigos nos ofenden;
¡a cada paso insultan a tu pueblo!

52 Dios mío,
¡bendito seas por siempre!
Así sea.