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Salmo 5

Señor, por la mañana escuchas mi voz

Al maestro del coro; con flautas. Salmo de David.
Señor, escucha mis palabras, atiende mi queja;
Rey mío, Dios mío, oye mi grito de socorro,
que a ti dirijo mi ruego.
Señor, por la mañana escuchas mi súplica;
de madrugada ante ti la presento
y me quedo esperando.
No eres un Dios que desee la maldad,
en ti no encuentra refugio el malvado.
No resisten tu mirada los necios,
odias a los malhechores,
aniquilas a los mentirosos;
al cruel y al traidor, el Señor lo aborrece.
Pero yo, por tu inmenso amor,
acudiré a tu morada
y me postraré venerándote en tu santuario.
Señor, guíame con tu justicia
porque tengo enemigos,
allana ante mí tu camino.
10 No es su boca sincera,
su interior es perverso,
una tumba abierta es su garganta,
aduladora es su lengua.
11 Castígalos, Señor,
que fracasen sus planes;
expúlsalos por sus muchos crímenes,
porque se han rebelado contra ti.
12 ¡Que se alegren los que en ti confían,
que por siempre se regocijen!
Protege a los que te aman,
para que se gocen en ti;
13 porque tú, Señor, bendices al justo
y tu bondad lo rodea como escudo.

Plegaria pidiendo protección

Al músico principal; sobre Nehilot. Salmo de David.

Escucha, oh Jehová, mis palabras;

Considera mi gemir.

Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,

Porque a ti oraré.

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;

De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad;

El malo no habitará junto a ti.

Los insensatos no estarán delante de tus ojos;

Aborreces a todos los que hacen iniquidad.

Destruirás a los que hablan mentira;

Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.

Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa;

Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.

Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos;

Endereza delante de mí tu camino.

Porque en la boca de ellos no hay sinceridad;

Sus entrañas son maldad,

Sepulcro abierto es su garganta,

Con su lengua hablan lisonjas.(A)

10 Castígalos, oh Dios;

Caigan por sus mismos consejos;

Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera,

Porque se rebelaron contra ti.

11 Pero alégrense todos los que en ti confían;

Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes;

En ti se regocijen los que aman tu nombre.

12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo;

Como con un escudo lo rodearás de tu favor.