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Los gobernantes deben buscar la sabiduría

Escuchen, reyes, y entiendan;
aprendan, gobernantes de todo el mundo;
pongan atención, ustedes que dominan multitudes
y presumen de gobernar a muchos pueblos.
El Señor, Dios altísimo,
les ha dado poder y autoridad;
él examinará las obras de ustedes
e investigará sus intenciones,
porque, estando al servicio del reino de Dios,
no han juzgado con rectitud, ni han cumplido la ley,
ni se han portado según la voluntad de Dios.
El Señor vendrá sobre ustedes
de manera terrible y repentina,
porque él juzga con severidad a los poderosos.
De los humildes tiene compasión y los perdona,
pero a los fuertes les pedirá cuentas con rigor.
Él es Señor de todos y no tiene preferencias por ninguno,
ni siente miedo ante la grandeza.
Él hizo a los grandes y también a los pequeños,
y se preocupa de todos por igual;
pero a los poderosos los examina con mayor rigor.
Esto se lo digo a ustedes, gobernantes,
para que adquieran sabiduría y no pierdan el camino.
10 Los que cumplen santamente las santas leyes,
serán contados entre el pueblo santo;
los que se dejaron instruir por ellas,
tendrán cómo defenderse.
11 Tengan, pues, vivos deseos de mis palabras;
búsquenlas con avidez y recibirán instrucción.

12 La sabiduría resplandece con brillo que no se empaña;
los que la aman, la descubren fácilmente,
y los que la buscan, la encuentran;
13 ella misma se da a conocer a los que la desean.
14 Quien madruga a buscarla no se cansa:
la encuentra sentada a la puerta de su propia casa.
15 Tener la mente puesta en ella es prudencia consumada;
el que trasnocha por hallarla,
pronto se verá libre de preocupaciones.
16 Ella misma va de un lado a otro
buscando a quienes son dignos de ella;
se les manifiesta con bondad en el camino
y les sale al encuentro en todo lo que piensan.

17 El comienzo de la sabiduría
es el deseo sincero de instruirse;
tener deseo de instruirse ya es amar la sabiduría;
18 amarla es cumplir sus leyes;
cumplir sus leyes es asegurarse la inmortalidad,
19 y la inmortalidad acerca a Dios.
20 Por tanto, el deseo de la sabiduría
es lo que hace de uno un verdadero rey.
21 Gobernantes de los pueblos,
si estiman los tronos y los cetros,
aprecien la sabiduría,
para que puedan reinar eternamente.

Descripción de la sabiduría

22 Voy a decirles en qué consiste la sabiduría
y de dónde viene,
sin ocultarles ningún secreto.
Llegaré hasta el comienzo mismo de ella
y la daré a conocer con toda claridad,
sin pasar por alto la verdad.
23 No me dejaré guiar por la podrida envidia,
pues nada tiene que ver con la sabiduría.
24 En que haya muchos sabios está la salvación del mundo,
y un rey prudente trae bienestar a su pueblo.
25 Por tanto, déjense instruir por mis palabras
y sacarán provecho.