⁷ ni son todos hijos por ser descendientes^[a] de Abraham^(A), sino que «por Isaac será llamada tu descendencia^[b](B)». ⁸ Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios^(C), sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes^[c](D).

⁹ Porque la palabra de promesa es esta: «Por este tiempo volveré, y Sara tendrá un hijo^(E)». ¹⁰ Y no solo esto^(F), sino que también Rebeca concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac^(G). ¹¹ Porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a Su elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquel que llama^(H), ¹² se le dijo a Rebeca: «El mayor servirá al menor^(I)». ¹³ Tal como está escrito: «A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí^(J)».

Dios no es injusto

¹⁴ ¿Qué diremos entonces^(K)? ¿Qué hay injusticia en Dios^(L)? ¡De ningún modo^(M)! ¹⁵ Porque Él dice a Moisés: «Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y tendré compasión del que Yo tenga compasión^(N)». ¹⁶ Así que no depende del que quiere ni del que corre^(O), sino de Dios que tiene misericordia^(P). ¹⁷ Porque la Escritura dice a Faraón: «Para esto mismo te he levantado, para demostrar Mi poder en ti, y para que Mi nombre sea proclamado por^[d] toda la tierra^(Q)». ¹⁸ Así que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece^(R).

¹⁹ Me dirás entonces^(S): «¿Por qué, pues, todavía reprocha^[e] Dios^(T)? Porque ¿quién resiste a Su voluntad^(U)?». ²⁰ Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios^(V)? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: «Por qué me hiciste así^(W)?». ²¹ ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario? ²² ¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia^(X) a los vasos de ira preparados para destrucción^(Y)?

²³ Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria^(Z) sobre los vasos de misericordia^(AA), que de antemano Él preparó para gloria^(AB), ²⁴ es decir, nosotros, a quienes también llamó^(AC), no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles^(AD). ²⁵ Como también dice en Oseas:

²⁷ Isaías también exclama en cuanto a Israel: «Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, solo el remanente^(AG) será salvo^(AH); ²⁸ porque el Señor ejecutará Su palabra sobre la tierra cabalmente^[f] y con brevedad^[g](AI)». ²⁹ Y como Isaías predijo:

Razón del tropiezo de Israel

³⁰ ¿Qué diremos entonces^(AL)? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por^[i] fe^(AM); ³¹ pero Israel, que iba tras una ley de justicia^(AN), no alcanzó esa ley^(AO). ³² ¿Por qué? Porque no iban tras ella por^[j] fe, sino como por^[k] obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo^(AP), ³³ tal como está escrito:

²⁹ Y si ustedes son de Cristo^(A), entonces son descendencia^[a] de Abraham, herederos según la promesa^(B).

²³ Pero el hijo de la sierva nació según la carne^(A), y el hijo de la libre por medio de la promesa^(B).