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No te alabes en presencia del rey
ni ocupes un lugar entre gente importante.
Es mejor que se te invite a subir,
y no ser humillado en presencia del príncipe.

Lo que veas con tus propios ojos(A)
no lo pongas enseguida en disputa,
no sea que al final no sepas qué hacer,
y tu prójimo acabe por ponerte en vergüenza.

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