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El que se mofa del pobre afrenta
a su Hacedor,
y el que se alegra por su calamidad no quedará impune.
Corona de los ancianos son los hijos
de los hijos,
y la gloria de los hijos son sus padres.
No conviene al hombre vil la grandilocuencia.
Cuánto menos al noble
el labio mentiroso.

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