Add parallel Print Page Options

El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder. De ninguna manera dará por inocente al culpable.

El SEÑOR marcha en el huracán y en la tempestad; las nubes son el polvo de sus pies. Reprende al mar y hace que se seque, y reseca todos los ríos. Basán y el Carmelo se marchitan; se marchita la flor del Líbano. Las montañas se estremecen delante de él, y las colinas se derriten. Ante su presencia queda desolada la tierra, el mundo y todos los que lo habitan.

Read full chapter