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El castigo a los ricos opresores

¡Ay de los que solo piensan en el mal,
    y aun acostados hacen planes malvados!
En cuanto amanece, los llevan a cabo
    porque tienen el poder en sus manos.
Codician campos, y se apropian de ellos;
    casas, y de ellas se adueñan.
Oprimen al varón y a su familia,
    al hombre y a su propiedad.

Por tanto, así dice el Señor:

«Ahora soy yo el que piensa
    traer sobre ellos una desgracia,
    de la que no podrán escapar.
Ya no andarán erguidos,
    porque ha llegado la hora de su desgracia.

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