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Los malos gobernantes

1-3 »¡Escúchenme ustedes,
jefes y gobernantes de Israel!
¡Ustedes debieran hacer justicia,
pero hacen todo lo contrario!
Prefieren hacer lo malo,
en lugar de hacer lo bueno.
Maltratan mucho a mi pueblo;
se lo están comiendo vivo.

»Por eso, cuando me llamen,
yo no les responderé.
Es tan grande su maldad
que los abandonaré».

Los profetas mentirosos

A los profetas que engañan a mi pueblo, Dios les ha dicho:

«Ustedes sólo hablan de paz
a quienes les dan de comer,
pero a quienes no los alimentan
les declaran la guerra.
Por eso no les voy a informar
lo que pienso hacer.
Nunca más les comunicaré mensajes
y ya no podrán anunciar el futuro.
Esos profetas y adivinos
quedarán en completo ridículo.
No tendrán nada que decir,
porque yo no les responderé».

Pero yo, Miqueas, estoy lleno del poder de Dios. Por eso puedo afirmar que nuestro Dios es un Dios justo. También puedo acusar a los israelitas de ser un pueblo pecador y desobediente.

La derrota de Jerusalén

Dios dijo:

«¡Escúchenme ustedes,
jefes y gobernantes de Israel!
Ustedes rechazan la justicia,
y no respetan ninguna ley.
10 En Jerusalén y en mi templo
los crímenes y la violencia
son cosa de todos los días.
11 Los sacerdotes, profetas y jueces
enseñan, predican o dictan sentencia
sólo a cambio de dinero.

»Y para colmo se atreven a decir:
“No tenemos nada que temer.
¡Dios está con nosotros!”

12 »¡Por culpa de ustedes
mi templo será derribado!
¡Por culpa de ustedes
Jerusalén quedará en ruinas,
y el monte de Sión
se cubrirá de maleza!»

Acusación contra los dirigentes de Israel

Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo? Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla.

Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.

Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él: Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos. Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios. Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado. Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho; 10 que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia. 11 Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. 12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.(A)