Add parallel Print Page Options

50 Ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda.

51 Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo pontífice de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación:

52 Y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados.

Read full chapter