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Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los purificaba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: “Quizás mis hijos habrán pecado y habrán maldecido a Dios en su corazón”. De esta manera hacía continuamente.

Satanás cuestiona la integridad de Job

Aconteció cierto día que vinieron los hijos de Dios para presentarse ante el SEÑOR, y entre ellos vino también Satanás. Y el SEÑOR le preguntó a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Satanás respondió al SEÑOR diciendo:
—De recorrer la tierra y de andar por ella.

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