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Segunda intervención de Elifaz

15 Entonces intervino Elifaz el temanita y dijo:

—¿Ha de responder el sabio con vano conocimiento?
¿Ha de llenar su vientre de
viento oriental?
¿Ha de argüir con expresiones inútiles
y con palabras sin provecho?
Ciertamente tú disipas la devoción
y menoscabas la meditación ante Dios.
Porque tu iniquidad instruye a tu boca, y adoptas el lenguaje de los astutos.
Tu boca te condena, no yo,
y tus labios testifican contra ti.
»¿Fuiste tú el primer hombre que nació? ¿Naciste antes que las colinas?
¿Has escuchado el secreto de Dios para que solo tú te apropies
de la sabiduría?
¿Qué sabes tú que no sepamos nosotros? ¿Qué entendimiento tienes
que nosotros no tengamos?
10 También entre nosotros hay
hombres canosos,
hombres muy ancianos,
mayores en años que tu padre.
11 ¿En tan poco tienes el consuelo de Dios y la palabra que se te dice con ternura?
12 ¿Por qué te arrebata tu corazón,
y por qué guiñan tus ojos,
13 para que vuelvas tu espíritu contra Dios y dejes salir tales palabras de tu boca?
14 »¿Qué es el hombre para considerarse limpio;
y el nacido de mujer para que se considere justo?
15 Si Dios no se fía ni de sus santos
ni aun los cielos son puros ante sus ojos,
16 ¿cuánto menos el abominable y corrupto,
el hombre que bebe como agua
la iniquidad?
17 »Escúchame; yo te informaré
y te contaré lo que he visto;
18 lo que los sabios nos han revelado sin encubrir nada de lo de sus padres.
19 Solo a ellos les fue dada la tierra,
y ningún extraño pasó por en medio
de ellos.
20 El impío se retuerce de dolor todos los días,
y un cierto número de años
han sido reservados para el tirano.
21 Voces de espanto resuenan en sus oídos, y aun en la paz vendrá su destructor.
22 Él no cree que ha de volver
de las tinieblas
y que está destinado para la espada.
23 Va errante en pos del pan
diciendo: “¿Dónde estará?”. Sabe que el día de las tinieblas
le está listo, a la mano.
24 Lo aterran la tristeza y la aflicción;
lo abruman como un rey listo
para el ataque.
25 Porque ha extendido su mano contra Dios,
y se ha comportado con soberbia contra el Todopoderoso.
26 Porque embiste contra él con
cuello erguido,
con el doble grosor de su escudo.
27 Aunque su cara se cubra de gordura
y le crezcan pliegues de grasa en las caderas,
28 habitará en ciudades desoladas,
en casas donde nadie vive
y que están destinadas a ser escombros.
29 No se enriquecerá ni le durarán sus bienes;
tampoco extenderá su patrimonio sobre la tierra.
30 No escapará de las tinieblas.
La llama secará sus ramas,
y por el soplo de su boca desaparecerá.
31 »Que no confíe en la vanidad, engañándose a sí mismo,
pues la vanidad será su recompensa.
32 Ella se cumplirá antes de su tiempo,
y su copa no estará frondosa.
33 Como la vid dejará caer sus uvas agraces y arrojará sus flores como el olivo.
34 Porque la compañía de los impíos es estéril,
y el fuego consumirá las moradas del soborno.
35 Conciben afanes y dan a luz iniquidad; sus entrañas preparan el engaño.

Elifaz reprende a Job

15 Respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Proferirá el sabio vana sabiduría,

Y llenará su vientre de viento solano?

¿Disputará con palabras inútiles,

Y con razones sin provecho?

Tú también disipas el temor,

Y menoscabas la oración delante de Dios.

Porque tu boca declaró tu iniquidad,

Pues has escogido el hablar de los astutos.

Tu boca te condenará, y no yo;

Y tus labios testificarán contra ti.

¿Naciste tú primero que Adán?

¿O fuiste formado antes que los collados?

¿Oíste tú el secreto de Dios,

Y está limitada a ti la sabiduría?

¿Qué sabes tú que no sepamos?

¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?

10 Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros,

Mucho más avanzados en días que tu padre.

11 ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios,

Y las palabras que con dulzura se te dicen?

12 ¿Por qué tu corazón te aleja,

Y por qué guiñan tus ojos,

13 Para que contra Dios vuelvas tu espíritu,

Y saques tales palabras de tu boca?

14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio,

Y para que se justifique el nacido de mujer?

15 He aquí, en sus santos no confía,

Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos;

16 ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil,

Que bebe la iniquidad como agua?

17 Escúchame; yo te mostraré,

Y te contaré lo que he visto;

18 Lo que los sabios nos contaron

De sus padres, y no lo encubrieron;

19 A quienes únicamente fue dada la tierra,

Y no pasó extraño por en medio de ellos.

20 Todos sus días, el impío es atormentado de dolor,

Y el número de sus años está escondido para el violento.

21 Estruendos espantosos hay en sus oídos;

En la prosperidad el asolador vendrá sobre él.

22 Él no cree que volverá de las tinieblas,

Y descubierto está para la espada.

23 Vaga alrededor tras el pan, diciendo: ¿En dónde está?

Sabe que le está preparado día de tinieblas.

24 Tribulación y angustia le turbarán,

Y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla,

25 Por cuanto él extendió su mano contra Dios,

Y se portó con soberbia contra el Todopoderoso.

26 Corrió contra él con cuello erguido,

Con la espesa barrera de sus escudos.

27 Porque la gordura cubrió su rostro,

E hizo pliegues sobre sus ijares;

28 Y habitó las ciudades asoladas,

Las casas inhabitadas,

Que estaban en ruinas.

29 No prosperará, ni durarán sus riquezas,

Ni extenderá por la tierra su hermosura.

30 No escapará de las tinieblas;

La llama secará sus ramas,

Y con el aliento de su boca perecerá.

31 No confíe el iluso en la vanidad,

Porque ella será su recompensa.

32 Él será cortado antes de su tiempo,

Y sus renuevos no reverdecerán.

33 Perderá su agraz como la vid,

Y derramará su flor como el olivo.

34 Porque la congregación de los impíos será asolada,

Y fuego consumirá las tiendas de soborno.

35 Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad,

Y en sus entrañas traman engaño.