Add parallel Print Page Options

Una y otra vez envié a mis siervos los profetas a protestar y a suplicarles que no cometieran este horrible acto que yo detesto, pero no quisieron oír ni abandonar sus malas acciones, sino que han continuado rindiéndole honores a esos «dioses». Así es que hicieron hervir mi cólera y mi furia, las que solté contra ustedes y las ciudades de Judá y las calles de Jerusalén como si fueran fuego, de modo que por eso allí hay desolación hasta el día de hoy.

Read full chapter