Add parallel Print Page Options

Así dice el Señor
    a los habitantes de Judá y de Jerusalén:
«Abrid surcos en terrenos no labrados,
    y no sembréis entre espinos.
Habitantes de Judá y de Jerusalén,
    marcad vuestro corazón con la señal del pacto:
    circuncidaos para honrar al Señor,
no sea que por la maldad de vuestras obras
    mi furor se encienda como el fuego
    y arda sin que nadie pueda apagarlo.

La amenaza del norte

»¡Anunciadlo en Judá,
    proclamadlo en Jerusalén!
    ¡Tocad la trompeta por todo el país!
Gritad en voz alta:
    “¡Reuníos y entremos
    en las ciudades fortificadas!”

Read full chapter