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El Señor es el Dios Eterno

41 Guarden silencio ante mí, países lejanos.
    Que las naciones se hagan fuertes.
Que vengan y presenten su caso,
    reunámonos para el juicio.
¿Quién despertó desde el oriente
    a aquel que sale victorioso en todas partes?
El SEÑOR puso en sus manos las naciones,
    y los reyes se rinden ante él.
Con su espada los convierte en polvo,
    y con su arco los dispersa como la paja.
Los persigue y nunca sale herido,
    sus pies no tocan el suelo.

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