Add parallel Print Page Options

18 Tu corazón imaginará el espanto
y dirá: «¿Qué fue del escriba?,
¿qué del pesador del tributo?,
¿qué del que inspeccionaba las torres?»
19 No verás más a aquel pueblo insolente,
pueblo de lengua difícil de entender,
de lengua oscura, incomprensible.
20 Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes.
Tus ojos verán a Jerusalén,
morada de quietud, tienda que no será desarmada,
ni serán arrancadas sus estacas
ni ninguna de sus cuerdas será rota.

Read full chapter