Add parallel Print Page Options

La corona de soberbia de los ebrios de Efraín será pisoteada; su espléndida hermosura, que no es sino una flor caduca sobre la cumbre del fértil valle, será como la fruta temprana, la primera del verano, que en cuanto alguien la ve, la corta y se la traga.

Cuando llegue ese día, el Señor de los ejércitos será una corona de gloria para su pueblo remanente; ¡será una diadema de hermosura!

Read full chapter