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25 Después de haber emparejado la superficie, ¿no esparce el eneldo, arroja el comino y pone el trigo en franjas, la cebada en su lugar y el centeno en el borde?

26 Su Dios le enseña y lo instruye en cuanto a lo que es correcto: 27 que el eneldo no se trilla con el trillo ni sobre el comino se hace rodar la rueda de la carreta; sino que el eneldo se golpea con un palo y el comino con una vara.

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