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La gloria de Jerusalén

60 «Levántate y brilla, Jerusalén, porque ha llegado tu luz.
    La gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti.
La oscuridad cubre la tierra
    y densa oscuridad a las naciones.
Pero el SEÑOR brilla sobre ti
    y su gloria aparecerá sobre ti.
Naciones vendrán a tu luz
    y reyes a la brillantez de tu alborada.

»Levanta tus ojos y mira alrededor.
    Se están reuniendo, vienen a ti.
Tus hijos vienen de muy lejos
    y a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás cómo resplandecerás.
    Tu corazón latirá de emoción y rebosarás de alegría.
Porque los tesoros de países al otro lado del mar vendrán a ti.
    La riqueza de las naciones vendrá a ti.
Multitudes de camellos de Madián y de Efa cubrirán tu tierra.
    Vendrán los de Sabá.
Traerán oro e incienso
    y cantarán alabanzas al SEÑOR.
Reunirán para ti todas las ovejas de Cedar.
    Los carneros de Nebayot estarán a tu servicio.
Ellos serán ofrenda aceptable en mi altar.
    Glorificaré mi hermoso templo.

»¿Quiénes son esos que vuelan como nubes
    y como palomas a su palomar?
Verdaderamente los países lejanos esperan por mí
    y los barcos de Tarsis vienen a la cabeza.
Traen de lejos a tus hijos con su oro y con su plata,
    en honor del SEÑOR tu Dios,
    el Santo de Israel, que te ha dado honra.
10 Extranjeros construirán tus murallas,
    y sus reyes te servirán.

»Te castigué estando enojado,
    pero de buen ánimo te mostraré compasión.
11 Tus puertas siempre permanecerán abiertas.
    No cerrarán de noche ni de día
para que puedas recibir las riquezas
    de las naciones traídas por reyes.
12 Porque la nación o el reino que no te sirva perecerá.
    Esas naciones serán destruidas completamente.
13 La gloria del Líbano vendrá a ti:
    pinos, abetos y cipreses juntos
para embellecer aun más mi Lugar Santo.
    Yo glorificaré el lugar donde descansan mis pies.
14 Los descendientes de los que te oprimieron
    vendrán a inclinarse ante ti
y todos los que te despreciaron
    se tenderán a tus pies.
Ellos te llamarán “La ciudad del SEÑOR,
    Sion la del Santo de Israel”.

15 »En lugar de estar desierta,
    de ser odiada y de que nadie te visite,
te haré objeto de orgullo eterno,
    fuente de alegría para todas las generaciones.
16 Beberás la leche de las naciones
    y senos reales te amamantarán.
Entonces sabrás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador,
    tu Libertador, el Poderoso de Jacob.
17 Te traeré oro en vez de bronce,
    plata en vez de hierro,
bronce en vez de madera
    y hierro en vez de piedras.
Nombraré como tu supervisor a la paz
    y como gobernante a la justicia salvadora.
18 Ya no se oirá más de violencia en tu tierra,
    ni de ruina y destrucción en tus fronteras.
Llamarás a tus murallas “Salvación”,
    y a tus puertas, “Alabanza”.

19 »El sol no te alumbrará más de día
    ni el brillo de la luna de noche.
Porque el SEÑOR será luz eterna para ti
    y tu Dios será tu gloria.
20 Tu sol no se ocultará más
    y la luna no disminuirá su brillantez.
Porque el SEÑOR será tu luz eterna
    y tus días de luto terminarán.
21 Todo tu pueblo será honesto
    y poseerán para siempre la tierra.
Ellos son la planta que yo planté,
    el trabajo de mis manos que muestra mi grandeza.
22 La familia más pequeña se convertirá en una familia grande
    y el menos importante se convertirá en una nación poderosa.
Yo soy el SEÑOR.
    A su debido tiempo haré esto rápidamente».

La futura gloria de Sion

60 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

Alza tus ojos alrededor y mira, todos estos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.

¿Quiénes son estos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

10 Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. 11 Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones,(A) y conducidos a ti sus reyes. 12 Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado. 13 La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies. 14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían,(B) y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.

15 En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos. 16 Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

17 En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores. 18 Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

19 El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.(C) 20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. 21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. 22 El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.