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46 El dios Bel se dobla,
y el dios Nebo cae al suelo.
Los ídolos son cargados sobre bestias,
y son pesada carga para animales cansados.
Los dioses se doblan y caen al suelo
sin poder salvarse,
y ellos mismos van al destierro.

«Óiganme, descendientes de Jacob,
todos los que quedan del pueblo de Israel:
Yo he cargado con ustedes desde antes que nacieran;
yo los he llevado en brazos,
y seguiré siendo el mismo cuando sean viejos;
cuando tengan canas, todavía los sostendré.
Yo los hice, y seguiré cargando con ustedes;
yo los sostendré y los salvaré.

»¿Con quién pueden ustedes compararme?
¿A quién piensan que puedo parecerme?
Hay quienes sacan mucho oro de sus bolsas,
y pesan plata en la balanza;
luego contratan a un artesano que les haga un dios
para inclinarse ante él y adorarlo.
Lo cargan sobre los hombros y se lo llevan;
lo colocan sobre un soporte
y ahí se queda, sin moverse de su sitio.
Por más que gritan pidiéndole ayuda, no les responde
ni puede salvarlos de sus angustias.

»Recuerden esto, pecadores,
no se hagan ilusiones, piénsenlo bien;
recuerden lo que ha pasado desde tiempos antiguos.
Yo soy Dios, y no hay otro;
soy Dios, y no hay nadie igual a mí.
10 Yo anuncio el fin desde el principio;
anuncio el futuro desde mucho antes.
Yo digo: Mis planes se realizarán;
yo haré todo lo que me propongo.
11 He llamado a un hombre del oriente,
que vendrá de lejos como un ave de rapiña
y llevará a cabo mis planes.
Lo he dicho y así lo haré,
he hecho mi plan y lo cumpliré.
12 Escúchenme, gente obstinada,
que piensan que la liberación está muy lejos:
13 Yo hago que se acerque mi acción liberadora;
mi salvación no se demora, no está lejos.
Yo daré a Sión la salvación,
yo daré a Israel mi honor.

La derrota de los dioses de Babilonia

46 Isaías dijo:

«Las estatuas de Bel y Nebo,
dioses de Babilonia,
se tambalean y caen al suelo.
Los babilonios las ponen
sobre animales de carga
que no soportan tanto peso.
Estas estatuas se caen al suelo
y son llevadas a otros países,
porque son incapaces de salvarse».

Dios dijo:

«Óiganme ustedes,
israelitas que aún quedan con vida:
Yo los he cuidado
desde antes que nacieran,
los he llevado en brazos
y seguiré haciendo lo mismo
hasta que lleguen a viejos
y peinen canas;
los sostendré y los salvaré
porque yo soy su creador.

»¿Con quién pueden compararme?
Yo no me parezco a nadie.
Hay gente que gasta mucho oro y plata
para contratar un artesano
que le fabrique un dios.
Luego se arrodilla ante él para adorarlo.
Cargan la estatua del dios
sobre sus hombros,
lo ponen en su sitio,
y de allí no se mueve.
Por más que griten
pidiéndole agua,
ese dios no les responde
ni puede librarlos de sus males.

»Recuerden esto, pecadores,
y piénsenlo bien:
recuerden todo lo que ha pasado
desde tiempos antiguos.
Yo soy Dios, y no hay otro;
soy Dios, y no hay nadie igual a mí.
10 Yo anuncio desde el principio
lo que va a pasar al final,
y doy a conocer el futuro
desde mucho tiempo antes.
Les aseguro que todos mis planes
se cumplirán tal como yo quiero.

11 »Yo he llamado de Persia
a un rey llamado Ciro;
él vendrá desde lejos,
como un ave de rapiña,
y hará lo que yo diga.
Tengo un plan, y haré que se cumpla.
Juro que así será.

12 »Escúchenme, gente terca:
ustedes no están a salvo.
13 Pero pronto vendré a salvarlos;
ya no demoraré más.
Yo le daré a Jerusalén la salvación,
y mi honor al pueblo de Israel».