Add parallel Print Page Options

Liberación definitiva de Israel

32 ¡Miren! ¡Se acerca un rey justo!,
    y príncipes honrados gobernarán bajo su mando.
Cada uno será como refugio del viento
    y resguardo de la tormenta,
como corrientes de agua en el desierto
    y sombra de una gran roca en tierra reseca.

Entonces todo el que tenga ojos podrá ver la verdad,
    y todo el que tenga oídos podrá oírla.
Hasta los impulsivos estarán llenos de sentido común y de entendimiento,
    y los que tartamudean hablarán con claridad.
En aquel día, los necios que viven sin Dios no serán héroes;
    los canallas no serán respetados.
Pues los necios hablan necedades
    y hacen planes malvados;
practican la impiedad
    y difunden enseñanzas falsas acerca del Señor.
Privan de alimento a los hambrientos
    y no dan agua a los sedientos.
Las sutiles artimañas de los canallas son maliciosas;
    traman planes torcidos.
Mienten para condenar a los pobres,
    aun cuando la causa de los pobres es justa.
Pero los generosos proponen hacer lo que es generoso
    y se mantienen firmes en su generosidad.

Escuchen, mujeres, ustedes que están acostumbradas a la buena vida.
    Escúchenme, ustedes que son tan engreídas.
10 Dentro de poco tiempo, algo más de un año,
    ustedes que son tan despreocupadas, de repente comenzarán a preocuparse.
Pues se perderán sus cultivos de frutas,
    y no habrá cosecha.
11 Tiemblen, mujeres de la buena vida;
    abandonen su autosuficiencia.
Quítense sus ropas bonitas
    y pónganse tela áspera en señal de su dolor.
12 Golpéense el pecho con profunda pena por sus abundantes granjas
    y por sus vides llenas de fruto.
13 Pues su tierra se cubrirá de espinos y zarzas;
    sus hogares alegres y ciudades felices desaparecerán.
14 El palacio y la ciudad quedarán abandonados,
    y pueblos de mucha actividad estarán vacíos.
Los burros retozarán y las manadas pastarán
    en los fuertes abandonados[a] y en las torres de vigilancia,
15 hasta que al fin se derrame el Espíritu
    sobre nosotros desde el cielo.
Entonces el desierto se convertirá en campo fértil,
    y el campo fértil dará cosechas abundantes.

16 La justicia gobernará en el desierto
    y la rectitud en el campo fértil.
17 Y esta rectitud traerá la paz;
    es cierto, traerá tranquilidad y confianza para siempre.
18 Mi pueblo vivirá seguro, tranquilo en su hogar,
    y encontrará reposo.
19 Aunque se destruya el bosque
    y se derrumbe la ciudad,
20 el Señor bendecirá grandemente a su pueblo.
    Dondequiera que siembre la semilla, brotarán cosechas abundantes
    y su ganado y sus burros pastarán con libertad.

Footnotes

  1. 32:14 En hebreo en el Ofel.

El Rey justo

32 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.

Advertencia a las mujeres de Jerusalén

Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. 10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. 11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio. 12 Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil. 13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. 14 Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada; 15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.