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30 Conocemos, en efecto, a quien ha dicho: A mí me corresponde tomar venganza; yo daré a cada uno según su merecido. Y también: El Señor es quien juzgará a su pueblo. 31 ¡Tiene que ser terrible caer en las manos del Dios viviente!

Nos espera una gran recompensa

32 Recordad aquellos días, cuando apenas acababais de recibir la luz de la fe y tuvisteis ya que sostener un encarnizado y doloroso combate.

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