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16 y fue a sentarse frente a él a la distancia de un tiro de arco, pues decía: «No quiero ver cuando el niño muera.» Ya sentada frente a él, prorrumpió en llanto. 17 Pero Dios oyó la voz del niño. Entonces el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo:

«¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, que Dios ha oído la voz del niño ahí donde está. 18 Vamos, levanta al niño y sosténlo de la mano, porque yo haré de él una gran nación.»

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