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Y les dijo:

—He aquí, señores míos, vengan, por favor, a la casa de su siervo; pasen la noche y lávense sus pies. Por la mañana se levantarán temprano y seguirán su camino.

Pero ellos respondieron:

—No, sino que pasaremos la noche en la calle.

Pero él les insistió mucho; así que fueron con él y entraron en su casa. Él les preparó un banquete; hizo panes sin levadura y comieron. Pero antes de que se acostaran, los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon la casa.

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