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Y le dijo el SEÑOR:

—Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una marca en la frente de los hombres que suspiran y gimen a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.

Y a los otros les dijo, a mis oídos:

—¡Pasen por la ciudad, detrás de él, y maten! Su ojo no tenga lástima ni tengan compasión. Maten a viejos, a jóvenes, a muchachas, a niños y a mujeres, hasta exterminarlos. Pero no se acerquen a ninguno sobre el cual esté la marca. Han de comenzar desde mi santuario.

Comenzaron, pues, desde los hombres ancianos que estaban delante del templo.

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