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Visión del castigo de Jerusalén

Entonces proclamó con gran voz a mis oídos, diciendo:

—¡Acérquense los verdugos de la ciudad, cada uno con su instrumento destructor en su mano! Y he aquí que seis hombres vinieron por el camino de la puerta superior que da hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Pero entre ellos había un hombre vestido de lino que llevaba al cinto los útiles de escriba. Y habiendo entrado se detuvieron junto al altar de bronce.

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