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Los que pueden entrar al templo

Después aquel hombre me llevó por la entrada del norte, que está frente al templo. Cuando vi que el gran poder de Dios había llenado el templo, me arrodillé hasta tocar el suelo con la frente. Entonces Dios me dijo:

«Ezequiel, hombre mortal, presta mucha atención a todas las instrucciones que te voy a dar acerca del templo. Es tu obligación saber quiénes pueden entrar en el templo, y quiénes no. Al pueblo de Israel le dirás de mi parte:

“Ustedes son muy rebeldes, y yo estoy cansado ya de sus acciones repugnantes.

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