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17 Desde la entrada hasta el recinto interior, y alrededor de todo el muro, por dentro y por fuera, en el interior y el exterior, 18 se alternaban los grabados de querubines y palmeras. Cada querubín tenía dos rostros, 19 uno de hombre y otro de león. Cada rostro miraba hacia la palmera que tenía a su lado. Alrededor de todo el templo podían verse los grabados de estos querubines.

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