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tenían aspecto humano, pero cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Sus piernas eran rectas y sus pies parecían pezuñas de terneros resplandecientes como bronce bruñido. En los cuatro costados, debajo de las alas, tenían manos humanas. Los cuatro seres vivientes tenían caras y alas, y el ala de uno apenas tocaba el ala de otro.

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