Ezequiel 2
Nueva Biblia Viva
Llamamiento de Ezequiel
2 Y me dijo: ¡Ponte de pie, hombre mortal,[a] que hablaré contigo!
2 Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba, y me puso de pie.
3 «Hombre mortal, me dijo, yo te envío a los israelitas, una nación terca, nación que está siempre rebelándose contra mí. Ellos y sus antepasados han vivido siempre desoyendo mis consejos y sin aceptar mi dirección. 4 Ellos son un pueblo terco, de corazón duro. Pero yo te envío para comunicarles a ellos mis mensajes, los mensajes del Señor Dios. 5 Y si ellos escuchan o no (pues acuérdate que son rebeldes), por lo menos sabrán que han tenido un profeta entre ellos. 6 Hombre mortal, no tengas temor de ellos, no te asustes, aun cuando te amenacen con arrojarte a un pozo lleno de escorpiones. No desmayes ante sus semblantes airados, pues acuérdate que son rebeldes. 7 Tú debes entregarles mis mensajes, escuchen ellos o no (pero no lo harán, porque son muy rebeldes). 8 Escucha, hombre mortal, lo que yo te diré. ¡No seas tú también rebelde! ¡Abre la boca y come lo que te daré!».
9 Entonces miré y vi una mano tendida hacia mí con un rollo escrito por ambos lados. 10 Él lo desenrolló, y entonces vi que estaba lleno de advertencias, lamentaciones y condenas.
Footnotes
- 2.1 Hombre mortal: La expresión hombre mortal (lit. «hijo de hombre») se usa con frecuencia en este libro (unas 87 veces), cuando Dios se dirige a Ezequiel. Con esta expresión se quiere resaltar la pequeñez del ser humano frente la grandeza de Dios. Sin embargo, a pesar de esa fragilidad, Dios usa al profeta como su instrumento para llevar a cabo sus planes y dar esperanza al pueblo cautivo.
Ezequiel 2
Reina-Valera 1960
Llamamiento de Ezequiel
2 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. 4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. 5 Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. 7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes. 8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás;(A) y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.
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