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Asuero busca una nueva reina

Más tarde, cuando al rey Asuero se le pasó el enojo, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de lo que se había ordenado contra ella. 2-4 Entonces los consejeros le dijeron al rey:

—Su Majestad debe nombrar asistentes en todas las provincias del país, para que busquen jóvenes hermosas y solteras. Esas jóvenes deberán ser llevadas a la casa de las mujeres, en su palacio. Allí estarán bajo el cuidado de Hegai, su hombre de confianza a cargo de las mujeres, para que les dé un tratamiento de belleza. Entonces Su Majestad elegirá a la joven que más le guste, y la nombrará reina en lugar de Vasti.

Esto agradó al rey, y así se hizo.

Ester llega al palacio

En Susa vivía un judío de la tribu de Benjamín, llamado Mardoqueo hijo de Jaír, nieto de Simí y bisnieto de Quis. Era uno de los prisioneros que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se había llevado de Jerusalén junto con el rey Joaquín de Judá. Mardoqueo había criado a una prima suya llamada Ester, porque era huérfana. Cuando murieron sus padres, Mardoqueo la adoptó como hija propia. Ester era muy hermosa y elegante.

Cuando se conoció la orden dada por el rey, muchas jóvenes fueron llevadas al palacio, y quedaron al cuidado de Hegai. Entre ellas estaba Ester. Hegai se fijó en ella, y le agradó tanto que, enseguida, ordenó que se le dieran cremas de belleza y comida especial. También le ordenó a siete de las mejores muchachas del palacio que atendieran a Ester, y que le dieran una de las mejores habitaciones en la casa de las mujeres.

10 Ester no decía de qué pueblo ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había pedido que no se lo dijera a nadie. 11 Todos los días Mardoqueo iba y venía por el patio de la casa de las mujeres, para ver si Ester estaba bien y cómo la trataban.

12 Las jóvenes debían presentarse por turno ante el rey, pero antes de hacerlo se debían someter a un tratamiento de belleza durante doce meses, pues ésa era la costumbre. Los primeros seis meses debían untarse aceite de mirra en sus cuerpos, y el resto del tiempo ponerse perfumes y cremas.

13 A cada joven que se presentaba ante el rey en el palacio, se le permitía vestir la ropa y las joyas que ella escogiera en la casa de las mujeres. 14 Cada joven se iba al palacio al atardecer, y a la mañana siguiente se retiraba a otra sección de la casa de las mujeres, la cual estaba a cargo de Saasgaz, otro hombre de confianza del rey. Sólo volvía a presentarse ante el rey si él lo deseaba y la mandaba llamar por nombre.

Ester es elegida reina

15-16 El padre de Ester se llamaba Abihail, y fue tío de Mardoqueo. Ester se había ganado el aprecio de todos en el palacio, y cuando le llegó el turno de presentarse ante el rey, fue vestida con la ropa que Hegai le aconsejó ponerse. Era el mes de Tébet,[a] del séptimo año del reinado de Asuero.

17 Al rey Asuero le gustó Ester más que todas las otras jóvenes, y la trató mejor que a todas sus mujeres, así que le colocó la corona sobre su cabeza y la nombró reina en lugar de Vasti. 18 Después el rey hizo una gran fiesta para Ester. A esa fiesta invitó a todos los funcionarios y colaboradores de su reino. También rebajó los impuestos, y repartió excelentes regalos, dignos de un rey.

Mardoqueo descubre un plan para matar al rey

19-20 Ester obedecía a Mardoqueo desde niña, y aún continuaba haciéndolo. Nadie sabía de qué familia ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había ordenado no decirlo. Un día, mientras las jóvenes se reunían en la otra sección de la casa de las mujeres, Mardoqueo se sentó a la entrada del palacio real 21 y escuchó hablar a dos oficiales del rey que vigilaban la entrada del palacio. Eran Bigtán y Teres, que estaban muy enojados con el rey y hacían planes para matarlo. 22 Al oír esto, Mardoqueo fue a decírselo a la reina Ester, y ella se lo dijo al rey. 23 El rey mandó investigar el asunto, y cuando se comprobó que era cierto, ordenó que esos dos hombres fueran ahorcados. Todo esto fue anotado, en presencia del rey, en el libro de la historia del país.

Footnotes

  1. Ester 2:15 Tébet: Décimo mes del calendario lunar judío. En nuestro calendario solar corresponde al período que va de mediados de diciembre a mediados de enero.

Ester es proclamada reina

Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella. Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer; y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos; y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así.

Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia.(A) Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.

Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres. Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres. 10 Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase. 11 Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.

12 Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres, 13 entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. 14 Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre.

15 Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían. 16 Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. 17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. 18 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real.

Mardoqueo denuncia una conspiración contra el rey

19 Cuando las vírgenes eran reunidas la segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. 20 Y Ester, según le había mandado Mardoqueo, no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba. 21 En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, se enojaron Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Asuero. 22 Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo. 23 Se hizo investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las crónicas del rey.