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Todo lo que sea necesario, como becerros, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite para los holocaustos en honor del Dios del cielo, sea proporcionado diariamente a los sacerdotes en Jerusalén, según ellos lo pidan y sin obstáculo alguno, 10 a fin de que puedan ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y de sus hijos.

11 »Yo, Darío, ordeno que cualquiera que altere este decreto sea empalado con una viga arrancada de su propia casa, y que esa casa sea convertida en un muladar.

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