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Alabanzas del esposo

EL ESPOSO:

«¡Cuán hermosa eres, amada mía.
Cuán hermosa eres!
Tus ojos son como palomas(A) detrás de tu velo(B);
Tu cabellera, como rebaño de cabras
Que descienden del monte Galaad(C).
Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas
Que suben del lavadero,
Todas tienen mellizas,
Y ninguna de ellas ha perdido su cría(D).
Tus labios son como hilo de escarlata(E),
Y tu boca, encantadora.
Tus mejillas, como mitades de granada
Detrás de tu velo(F).
Tu cuello, como la torre(G) de David
Edificada con hileras de piedras(H);
Miles de escudos cuelgan de ella,
Todos escudos de los valientes(I).
Tus dos pechos, como dos crías,
Mellizas de una gacela(J)
Que pacen entre los lirios(K).
Antes de que sople la brisa del día
Y huyan las sombras(L),
Me iré al monte de la mirra
Y al collado del incienso(M).

»Toda tú eres hermosa, amada mía,
Y no hay defecto en ti(N).
Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía(O),
Ven conmigo desde el Líbano(P).
Baja desde la cumbre del Amaná(Q),
Desde la cumbre del Senir y del Hermón(R),
Desde las guaridas de los leones,
Desde los montes de los leopardos.
Has cautivado mi corazón, hermana mía, esposa mía(S);
Has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos,
Con una sola hebra de tu collar(T).
10 ¡Cuán hermosos(U) son tus amores, hermana mía, esposa mía!
¡Cuánto mejores son tus amores que el vino(V),
Y la fragancia de tus ungüentos(W)
Que todos los bálsamos!
11 Miel virgen(X) destilan tus labios, esposa mía,
Miel(Y) y leche hay debajo de tu lengua,
Y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano(Z).
12 Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía,
Huerto cerrado, fuente(AA) sellada(AB).
13 Tus renuevos son paraíso(AC) de granados(AD),
Con frutas escogidas(AE), alheña(AF) y nardos,
14 Nardo(AG) y azafrán, cálamo aromático y canela(AH),
Con todos los árboles de incienso,
Mirra(AI) y áloes(AJ), con todos los mejores bálsamos.
15 Tú eres fuente de huertos,
Pozo de aguas vivas(AK),
Y corrientes que fluyen del Líbano».

LA ESPOSA:

16 «Despierta, viento del norte,
Y ven, viento del sur;
Hagan que mi huerto exhale fragancia(AL),
Que se esparzan sus aromas.
Entre mi amado en su huerto(AM)
Y coma sus mejores frutas(AN)».

El esposo alaba a la esposa

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;

Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;

Tus cabellos como manada de cabras

Que se recuestan en las laderas de Galaad.

Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,

Que suben del lavadero,

Todas con crías gemelas,

Y ninguna entre ellas estéril.

Tus labios como hilo de grana,

Y tu habla hermosa;

Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.

Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;

Mil escudos están colgados en ella,

Todos escudos de valientes.

Tus dos pechos, como gemelos de gacela,

Que se apacientan entre lirios.

Hasta que apunte el día y huyan las sombras,

Me iré al monte de la mirra,

Y al collado del incienso.

Toda tú eres hermosa, amiga mía,

Y en ti no hay mancha.

Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía;

Ven conmigo desde el Líbano.

Mira desde la cumbre de Amana,

Desde la cumbre de Senir y de Hermón,

Desde las guaridas de los leones,

Desde los montes de los leopardos.

Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía;

Has apresado mi corazón con uno de tus ojos,

Con una gargantilla de tu cuello.

10 ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!

¡Cuánto mejores que el vino tus amores,

Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

11 Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;

Miel y leche hay debajo de tu lengua;

Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.

12 Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía;

Fuente cerrada, fuente sellada.

13 Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves,

De flores de alheña y nardos;

14 Nardo y azafrán, caña aromática y canela,

Con todos los árboles de incienso;

Mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas.

15 Fuente de huertos,

Pozo de aguas vivas,

Que corren del Líbano.

16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro;

Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas.

Venga mi amado a su huerto,

Y coma de su dulce fruta.