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mientras que David y todo el pueblo danzaban alegremente delante del Señor, al son de instrumentos musicales de madera de haya, y de arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.

Al llegar a la era de Nacón, los bueyes tropezaron y Uzá estiró la mano para sujetar el arca. Pero el Señor se enojó muchísimo contra Uzá por haberse atrevido a tocar el arca, y allí mismo hirió a Uzá, y éste cayó fulminado.

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