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En los documentos se dice que el profeta Jeremías ordenó a los desterrados tomar el fuego, como ya se ha dicho, y que, dándoles la ley, les mandó que no se olvidaran de los mandamientos del Señor ni se dejaran engañar al ver las estatuas de oro y plata de los falsos dioses, y los adornos que las cubrían. Y les dijo otras muchas cosas, para recomendarles que no abandonaran la ley.

«Estaba escrito también en ese documento que el profeta, por instrucciones de Dios, se había hecho acompañar por la tienda del encuentro con Dios y el arca de la alianza, y que se había dirigido al monte desde el cual Moisés había visto la tierra prometida por Dios, y que, al llegar allí, Jeremías había encontrado una cueva, en la que depositó el arca de la alianza, la tienda y el altar de los inciensos, después de lo cual tapó la entrada. Algunos de los acompañantes volvieron después para poner señales en el camino, pero ya no pudieron encontrarlo. Jeremías, al saber esto, los reprendió diciéndoles: “Ese lugar debe quedar desconocido hasta que Dios tenga compasión de su pueblo y vuelva a reunirlo. Entonces el Señor hará conocer nuevamente esos objetos; y aparecerán la gloria del Señor y la nube, como aparecieron en tiempos de Moisés y cuando Salomón pidió al Señor que el templo fuera gloriosamente consagrado.”

»Se contaba igualmente en ese documento cómo Salomón, que poseía la sabiduría, ofreció el sacrificio de la consagración e inauguración del templo, 10 y que, así como Moisés oró al Señor y del cielo bajó un fuego que consumió el sacrificio, del mismo modo Salomón oró, y bajó del cielo un fuego que consumió todos los animales ofrecidos en holocausto. 11 Moisés había dicho: “Como el sacrificio ofrecido por el pecado no fue comido, ha sido consumido por el fuego.” 12 Salomón, asimismo, celebró ocho días de fiesta.

13 »Esto también se contaba en los documentos y memorias de Nehemías, y además se contaba cómo éste reunió la colección de los libros que contenían las crónicas de los reyes, los escritos de los profetas, los salmos de David y las cartas de los reyes sobre las ofrendas. 14 De igual manera, Judas ha reunido todos los libros dispersos por causa de la guerra que nos han hecho, y ahora esos libros están en nuestras manos. 15 Si ustedes tienen necesidad de ellos, envíen algunas personas para que se los lleven.

16 »Ya que nos estamos preparando para celebrar la purificación del templo, les escribimos para recomendarles que también ustedes celebren esta fiesta. 17 Dios ha salvado a todo su pueblo, y ha dado a todos la herencia, el reino y el sacerdocio, y nos ha consagrado a él, 18 como lo había prometido por la ley; por eso, confiamos en que también tendrá compasión de nosotros y nos reunirá en la tierra consagrada a él, llevándonos desde todos los lugares del mundo, pues él nos ha librado de muchas calamidades y ha purificado el templo.»

19 Jasón de Cirene escribió la historia de Judas Macabeo y sus hermanos, de la purificación del gran templo, de la consagración del altar, 20 de las guerras contra el rey Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor, 21 y de las manifestaciones gloriosas de Dios en favor de los valientes que lucharon varonilmente por el judaísmo, las cuales hicieron posible que éstos, aunque pocos en número, devastaran todo el país e hicieran huir a los ejércitos extranjeros. 22 Recuperaron el templo, famoso en todo el mundo; libraron a la ciudad de Jerusalén, y restablecieron las leyes que iban a ser suprimidas, pues el Señor fue sumamente bondadoso con ellos. 23 Pero nosotros procuraremos resumir en un solo libro lo que Jasón escribió en cinco.

24 Considerando la cantidad de números y la dificultad que, por la abundancia de materia, se presenta a los que quieren seguir minuciosamente las narraciones de la historia, 25 nos esforzaremos por ofrecer entretenimiento a los que leen por el solo gusto de leer; facilidad a los que quieren aprender de memoria y, en fin, utilidad a todos los que lean este libro. 26 Para nosotros, que emprendimos la dura tarea de resumir la obra, fue una labor difícil que nos costó muchos sudores y desvelos, 27 tanto como el trabajo de quien prepara un banquete y quiere agradar a los demás. Por nuestra parte, para ser útiles a todos, soportaremos gustosamente la fatiga. 28 Dejaremos al historiador la discusión minuciosa de los detalles, para concretarnos a seguir las normas del resumen. 29 De la misma manera que el arquitecto de una casa nueva se preocupa de todo el edificio, mientras que a los pintores y decoradores les toca lo referente a la ornamentación, así nos parece que debe ser nuestra tarea: 30 al autor original de una historia le corresponde profundizar en la materia, tratar extensamente los temas, descender a los detalles; 31 pero el que hace un resumen debe ser breve en la expresión y no tratar de hacer una exposición completa de los hechos. 32 Comencemos, pues, nuestra narración, sin añadir más cosas a lo que ya hemos dicho; porque sería absurdo alargarnos en la introducción y luego acortar la historia misma.

Jeremías y los objetos sagrados

La carta continuaba diciendo:

«En uno de los documentos que se encuentran entre los antiguos archivos, el profeta Jeremías les pedía a los judíos que fueron llevados presos a lo que hoy es Persia, que se hicieran cargo del fuego, tal como ya se ha dicho. Les entregó la ley de Moisés y les encargó que siempre pusieran en práctica los mandamientos de Dios. Los animó a no dejarse engañar por los ídolos de las otras naciones, por más que estuvieran hechos de oro y plata, y cubiertos con muchos adornos preciosos. Además, les dio otros consejos y recomendaciones, para animarlos a obedecer siempre la ley de Moisés.

»En ese documento también se narra que el profeta Jeremías, obedeciendo una orden de Dios, tomó la carpa comunitaria y el cofre del pacto, y se dirigió al cerro desde el cual Moisés vio la tierra prometida. En una cueva de ese cerro, Jeremías escondió la carpa comunitaria, el cofre del pacto y el altar donde se quemaba el incienso. Después, tapó la entrada con piedras. Se dice que algunos de los que acompañaban a Jeremías regresaron para poner marcas en el camino hacia la cueva, pero ya no la pudieron encontrar. Cuando Jeremías se enteró de lo que hicieron, les llamó la atención y les dijo: “Nadie debe saber dónde está ese lugar, hasta que Dios nos perdone y nos reúna otra vez. Entonces, Dios mostrará dónde están esos objetos. Cuando eso ocurra, Dios manifestará su gloria por medio de la nube, tal como lo hizo en los días de Moisés y en los días en que Salomón consagró el templo a Dios”.

»Ese documento también cuenta cómo Salomón, guiado por su sabiduría, le presentó a Dios ofrendas para dedicarle el templo. 10 Salomón oró, y en ese momento bajó fuego del cielo, y quemó por completo los animales presentados a Dios como ofrenda. Lo mismo había sucedido cuando Moisés presentó ofrendas a Dios. 11 De ese modo se cumplió lo que Moisés había dicho: “El animal que se ofrece para pedir perdón por el pecado no se comerá, sino que será quemado completamente”. 12 Además, Salomón celebró una fiesta durante ocho días.

La biblioteca de Nehemías

13 »Todo esto se narra en los escritos y memorias de Nehemías. También allí se dice que Nehemías reunió los libros de las historias de los reyes, los libros de los profetas, los del rey David, y todas las cartas que escribieron los reyes acerca de las ofrendas.

14 »Judas Macabeo también había reunido varios libros. Esos libros habían quedado dispersos por varios lugares debido a las guerras que hemos tenido. Ahora todos esos libros están en nuestro poder, 15 y si ustedes quieren leerlos, manden a alguien por ellos.

16 »Como nosotros estamos a punto de celebrar el día de la purificación del templo, los animamos para que también ustedes lo celebren. 17 Dios nos ha liberado de grandes males, y nos ha devuelto nuestra tierra, el reino y el sacerdocio, y de nuevo nos ha hecho su pueblo. 18 Esto es lo que él nos había prometido en su ley. Por eso, aunque estemos esparcidos por todo el mundo, tenemos la esperanza de que ahora Dios tendrá misericordia de nosotros, y muy pronto nos hará volver a la tierra que él mismo nos dio. Esto será posible, porque él ya nos ha sacado de muchos peligros y ha purificado el templo».

El autor cuenta cómo escribió su libro

19 La historia de Judas Macabeo y sus hermanos fue escrita por Jasón de Cirene. Él escribió también acerca de la purificación del gran templo, la dedicación del altar, 20 las guerras contra el rey Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor. 21 También escribió acerca de las intervenciones poderosas de Dios en favor de aquellos hombres que lucharon con valentía para defender la religión de los judíos. Esas manifestaciones de Dios hicieron posible que unos pocos hombres derrotaran a los enemigos y se quedaran con sus riquezas. 22 Dios fue muy bueno con ellos y los ayudó para que recuperaran el templo, que es famoso en todo el mundo. Además, les permitió que liberaran la ciudad de Jerusalén y que mantuvieran sus leyes, pues la gente que no creía en Dios estaba a punto de hacerlas desaparecer. 23 Toda esta historia que Jasón de Cirene escribió en cinco libros, nosotros intentaremos resumirla en uno solo.

24 Es muy difícil escribir una historia, porque son muchos los hechos que se cuentan y los números que se manejan. 25 Sin embargo, hemos hecho todo lo posible por escribir una historia que sea entretenida para quienes la lean, y que, además, sea fácil de memorizar y útil para todos los lectores.

26 Ha sido muy difícil hacer este resumen. Esa labor nos agotó mucho y no pudimos dormir bien durante muchas noches. 27 Fue algo así como preparar una comida que le guste a todo el mundo. Pero lo hemos hecho con mucho gusto, pues nuestro deseo es servir a todos.

28 Como esta obra es un resumen, habrá sin duda alguien que se ocupe de contar todos los hechos con lujo de detalles. 29 Nuestro trabajo ha sido semejante al del albañil que construye una casa nueva. Su interés es construir la casa; ya otros se encargarán de pintarla y de ponerle adornos.

30 Al escribir la historia original, Jasón trató los temas a fondo, y los contó con muchos detalles. 31 Aquí, en cambio, hemos hecho un breve resumen.

32 Pero ya es hora de terminar esta explicación, no sea que resulte más larga que la historia misma. Por eso, sin más comentarios, vamos a contarla.