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Joacaz, rey de Judá

(2 R 23:31-35)

36 El pueblo de Judá tomó a Joacaz hijo de Josías y lo hizo rey en Jerusalén, en lugar de su papá. Joacaz tenía 23 años cuando comenzó a reinar, y gobernó durante tres meses en Jerusalén. El rey de Egipto lo destronó en Jerusalén e impuso a Judá un tributo de 3300 kilos[a] de plata y 33 kilos de oro. Luego nombró a Eliaquín, hermano de Joacaz, como el rey de Judá y de Jerusalén y cambió su nombre a Joacim. A Joacaz lo hizo prisionero y se lo llevó a Egipto.

Joacim, rey de Judá

(2 R 23:36-24:7)

Joacim tenía 25 años cuando comenzó su reinado, y gobernó durante once años en Jerusalén, pero hizo lo malo ante el SEÑOR su Dios. Debido a eso, Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo atacó y lo llevó prisionero con cadenas de bronce hasta Babilonia. Nabucodonosor se llevó a Babilonia parte de los objetos del templo del SEÑOR y los puso en su templo de Babilonia.

El resto de los hechos de Joaquín y las cosas horribles que hizo y cómo Dios lo juzgó[b] están escritos en Las crónicas de los reyes de Israel y de Judá. Su hijo Joaquín reinó en su lugar.

Joaquín, rey de Judá

(2 R 24:8-17)

Joaquín tenía 18 años cuando comenzó a reinar, y gobernó por tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo lo que no le agradaba al SEÑOR. 10 A la vuelta de un año, el rey Nabucodonosor ordenó que lo llevaran a Babilonia junto con los objetos más valiosos del templo del SEÑOR y nombró a su hermano Sedequías rey de Judá y Jerusalén.

Sedequías, rey de Judá

11 Sedequías tenía 21 años cuando comenzó a reinar, y gobernó once años en Jerusalén. 12 Hizo lo malo ante el SEÑOR su Dios. No se humilló ante el profeta Jeremías cuando le hablaba de parte del SEÑOR.

Destrucción de Jerusalén

13 Sedequías llegó incluso a rebelarse contra el rey Nabucodonosor, aunque él lo había hecho jurar por Dios que le sería leal. Se puso muy terco, endureció su corazón y no quiso volver al SEÑOR, Dios de Israel.

14 También todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su infidelidad, pues cometieron los mismos pecados horribles de las naciones vecinas y contaminaron el templo del SEÑOR que él había consagrado en Jerusalén. 15 El SEÑOR Dios de sus antepasados les mandaba constantemente advertencias a través de sus mensajeros porque tenía compasión de su pueblo y del lugar donde él moraba, 16 pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaron sus mensajes y se burlaron de sus profetas, hasta que finalmente el SEÑOR descargó su ira contra su pueblo y ya no hubo remedio.

17 Entonces Dios lanzó contra ellos al rey de los babilonios, quien mató a espada a sus jóvenes en el propio templo. No tuvo compasión de los jóvenes ni de las muchachas ni de los ancianos ni de los enfermos. Dios los entregó a todos en sus manos. 18 Nabucodonosor se llevó todos los objetos del templo de Dios, grandes y pequeños, los tesoros del templo del SEÑOR, los tesoros del palacio real y de sus oficiales; todo se llevó a Babilonia. 19 Ordenó incendiar el templo de Dios, derribó la muralla de Jerusalén y prendió fuego a todos los palacios y destruyó todo lo que fuera de valor. 20 Nabucodonosor deportó a Babilonia a los que se salvaron de la matanza y allí los convirtió en esclavos suyos y de sus hijos hasta que se fundó el Imperio persa, 21 cumpliendo así la profecía del SEÑOR por medio de Jeremías. De esa manera la tierra disfrutó de descanso todo el tiempo que estuvo en ruinas, hasta que se completaron 70 años.

22 El primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el SEÑOR inquietó el espíritu de Ciro para que se cumpliera la profecía del SEÑOR, comunicada por intermedio de Jeremías. Ciro hizo circular por escrito un decreto e hizo también que lo leyeran en todas partes de su reino. El decreto era este:

23 «Ciro, rey de Persia, decreta lo siguiente:

»El SEÑOR, Dios del cielo, me dio todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le construya un templo en Jerusalén, que está en el territorio de Judá. Así que todo aquel que pertenezca al pueblo de Dios, que el SEÑOR su Dios lo acompañe y se vaya para allá».

Footnotes

  1. 36:3 3300 kilos Textualmente 100 talentos. Ver tabla de pesas y medidas.
  2. 36:8 cómo Dios lo juzgó Textualmente lo que se encontró en su contra.

Reinado y destronamiento de Joacaz

(2 R. 23.31-35)

36 Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo hizo rey en lugar de su padre en Jerusalén. De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén. Y el rey de Egipto lo quitó de Jerusalén, y condenó la tierra a pagar cien talentos de plata y uno de oro. Y estableció el rey de Egipto a Eliaquim hermano de Joacaz por rey sobre Judá y Jerusalén, y le mudó el nombre en Joacim; y a Joacaz su hermano tomó Necao, y lo llevó a Egipto.(A)

Reinado de Joacim

(2 R. 23.36—24.7)

Cuando comenzó a reinar Joacim(B) era de veinticinco años, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios. Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia,(C) y lo llevó a Babilonia atado con cadenas. También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia. Los demás hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá; y reinó en su lugar Joaquín su hijo.

Joaquín es llevado cautivo a Babilonia

(2 R. 24.8-17)

De ocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová. 10 A la vuelta del año el rey Nabucodonosor envió y lo hizo llevar a Babilonia,(D) juntamente con los objetos preciosos de la casa de Jehová, y constituyó a Sedequías su hermano por rey sobre Judá y Jerusalén.(E)

Reinado de Sedequías

(2 R. 24.18-20; Jer. 52.1-3)

11 De veintiún años era Sedequías(F) cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. 12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. 13 Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor,(G) al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel. 14 También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén.

15 Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. 16 Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.

Cautividad de Judá

(2 R. 25.8-21; Jer. 39.8-10; 52.12-30)

17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos,(H) que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos. 18 Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. 19 Y quemaron la casa de Dios,(I) y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. 20 Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; 21 para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.(J)

El decreto de Ciro

(Esd. 1.1-4)

22 Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: 23 Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén,(K) que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.