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19 Ahora, por favor, escuche mi señor el rey las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te ha incitado contra mí, que él acepte una ofrenda. Pero si han sido hombres, sean ellos malditos delante del SEÑOR, porque hoy me han expulsado para que yo no tenga parte en la heredad del SEÑOR, diciendo: “¡Ve y sirve a otros dioses!”. 20 Ahora pues, no caiga mi sangre en tierra lejos de la presencia del SEÑOR, porque el rey de Israel ha salido para buscar una pulga, como quien persigue una perdiz por los montes.

21 Entonces Saúl dijo:

—He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque ningún mal te haré en adelante, pues hoy mi vida ha sido estimada preciosa ante tus ojos. He aquí que he actuado neciamente y he cometido un grave error.

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