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38 Diez días después, el Señor hirió a Nabal con otro ataque, y éste murió. 39 Y al enterarse David de la muerte de Nabal, alabó al Señor y dijo:

«Bendito sea el Señor, que me vengó de la humillación que me causó Nabal, y me libró de su maldad y se la devolvió a él.»

Después, envió mensajeros para que le dijeran a Abigaíl que quería tomarla por esposa. 40 Los mensajeros fueron a Carmel y hablaron con Abigaíl. Le dijeron:

«David nos ha enviado por ti, pues quiere que seas su esposa.»

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