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Salmo 92 (91)

¡Qué bueno es alabar al Señor!

92 Salmo. Canto para el sábado.
Qué bueno es alabar al Señor,
elogiar, oh Altísimo, tu nombre,
pregonar tu amor durante el día,
tu fidelidad durante la noche,
al son del arpa y la cítara,
con los acordes de la lira.
Tú, Señor, con tus actos me alegras,
con la obra de tus manos me regocijas.
Señor, ¡qué grandes son tus obras,
qué profundos tus pensamientos!
El ignorante nada sabe,
el necio no entiende nada de esto:
aunque broten los malvados como hierba,
aunque todos los malhechores prosperen,
acabarán destruidos para siempre.
Mas tú, Señor, por siempre eres excelso.
10 Señor, aquí tienes a tus enemigos,
a los enemigos que han de perecer,
a los malvados que se dispersarán.
11 Pero tú me has dado la fuerza del búfalo,
me has ungido con aceite nuevo.
12 Mis ojos verán caer a mis rivales,
mis oídos se enterarán
de quiénes son los que me atacan.
13 El justo florecerá cual palmera,
crecerá como un cedro del Líbano;
14 plantado en la casa del Señor,
brotará en los atrios de nuestro Dios.
15 Aún en la vejez darán su fruto,
se mantendrán fecundos y frondosos,
16 para anunciar la rectitud del Señor,
mi refugio, en quien no hay maldad.