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Contraste entre la sabiduría y la necedad

La sabiduría construyó su casa,
la adornó con siete columnas;
mató animales para el banquete,
preparó un vino especial,
puso la mesa
y envió a sus criadas a gritar
desde lo alto de la ciudad:
«¡Vengan acá, jóvenes inexpertos!»
Mandó a decir a los imprudentes:
«Vengan a comer de mi pan
y a beber del vino que he preparado.
Dejen de ser imprudentes, y vivirán;
condúzcanse como gente inteligente.»

Corrige al insolente y malvado,
y sólo lograrás que te insulte y ofenda.

Reprende al insolente y te ganarás su odio;
corrige al sabio y te ganarás su aprecio.

Dale al sabio y se hará más sabio;
enseña al hombre bueno y aumentará su saber.

10 La sabiduría comienza por honrar al Señor;
conocer al Santísimo es tener inteligencia.

11 Gracias a la sabiduría, vivirás mucho tiempo
y aumentarán los años de tu vida.
12 Si eres sabio, tuyo será el provecho;
si eres insolente, tuya será la responsabilidad.

13 La necedad es como una mujer chismosa,
tonta e ignorante.
14 Se sienta en una silla, a las puertas de su casa,
en la parte más alta de la ciudad,
15 y llama a los caminantes
que van por buen camino:
16 «¡Vengan acá, jóvenes inexpertos!»
Manda a decir a los imprudentes:
17 «El agua robada es más sabrosa;
el pan comido a escondidas sabe mejor.»
18 Pero ellos no saben que sus invitados
son ahora sombras en el reino de la muerte.