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El castigo a los gobernantes corruptos

¡Oigan ustedes, jefes de Israel! Escuchen ustedes que gobiernan al pueblo de Jacob: ¿Acaso no es deber de ustedes saber lo que es la justicia? Sin embargo, ustedes son los más injustos, odian el bien y aman el mal; ustedes son quienes más explotan a mi pueblo y lo dejan en la miseria, despojándolo hasta de lo más necesario para vivir.

Ustedes son quienes devoran a mi pueblo como si fueran una res, le arrancan la piel, quiebran sus huesos y lo despedazan como si fuera carne para la cazuela. Por eso, cuando rueguen al Señor que los ayude en los tiempos difíciles, él no les hará caso. Cuando procuren su ayuda, el Señor se les esconderá, pues está enojado por los crímenes que ustedes cometen.

Contraste entre el profeta falso y el verdadero

Esto es lo que el Señor dice contra los falsos profetas, los que descarrían a este pueblo: «Ustedes le anuncian la paz a quienes les dan de comer, pero a quienes no les dan nada, les anuncian la guerra. Por eso, la oscuridad caerá sobre ustedes y los dejará sin visiones; tendrán tapado el entendimiento y no recibirán ningún mensaje de Dios».

Esos profetas y adivinos quedarán en ridículo, serán el hazmerreír de todos; no tendrán nada que decir, pues Dios no les dará mensajes.

En cambio, yo estoy lleno de poder, de justicia y de fuerza. Estoy lleno del Espíritu del Señor para denunciar sin temor todas las maldades y la desobediencia de Israel.

El gobierno corrupto, causa de la caída de Sion

Escuchen esto, líderes de Israel, que odian la justicia y tuercen las intenciones y las obras justas, 10 que llenan a Jerusalén, que es la ciudad del monte Sion, de crímenes y actos injustos.

11 Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!». 12 Por eso, por culpa de ustedes, profetas falsos, Jerusalén será arada como si fuera un potrero y se convertirá en un montón de ruinas, y la montaña donde se asienta el templo se llenará de maleza como cualquier ruina abandonada.

Acusación contra los dirigentes de Israel

Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo? Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla.

Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.

Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él: Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos. Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios. Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado. Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho; 10 que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia. 11 Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. 12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.(A)