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La maldad de los hombres

Cuando los hombres comenzaron a poblar la tierra y tuvieron hijas, los hijos de Dios vieron que estas mujeres eran hermosas. Entonces escogieron entre todas ellas, y se casaron con las que quisieron. Pero el Señor dijo: «No voy a dejar que el hombre viva para siempre, porque él no es más que carne. Así que vivirá solamente ciento veinte años.»

Los gigantes aparecieron en la tierra cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres para tener hijos con ellas, y también después. Ellos fueron los famosos héroes de los tiempos antiguos.

El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que éste siempre estaba pensando en hacer lo malo, y le pesó haber hecho al hombre. Con mucho dolor dijo: «Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales domésticos, y a los que se arrastran, y a las aves. ¡Me pesa haberlos hecho!»

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El origen de los gigantes

Los hombres y las mujeres se fueron haciendo cada vez más numerosos sobre la tierra, y tuvieron hijas. Cuando los hijos de Dios vieron que las mujeres de este mundo eran muy bonitas, eligieron a las más hermosas y se casaron con ellas. Pero Dios dijo: «No permitiré que los seres humanos vivan para siempre. ¡No van a pasar de los ciento veinte años!»

Los hijos de Dios tuvieron hijos con las mujeres de este mundo, que fueron los gigantes de los tiempos antiguos. Éstos llegaron a ser guerreros muy fuertes y famosos.

Dios se enoja con la gente

En este mundo, la maldad de hombres y mujeres iba en aumento. Siempre estaban pensando en hacer lo malo, y sólo lo malo. Cuando Dios vio tanta maldad en ellos, se puso muy triste de haberlos hecho, y lamentó haberlos puesto en la tierra. Por eso dijo: «¡Voy a borrar de este mundo a la humanidad que he creado! ¡Voy a acabar con toda la gente y con todos los animales! ¡Estoy muy triste de haberlos hecho!»

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